Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Para las prisas, meditación

Hola a todo el mundo, con calma y sin prisas para abrir una columna a un ritmo más lento del que solemos ir en la vida.

Os voy a contar una anécdota del otro día en una práctica de yoga. En la escuela Yoga Ganesha contamos con un Programa de Iniciación al Yoga, para personas que quieren comenzar despacito y con buena letra este camino hacia el estar bien, son clases individuales desde la base del yoga. Y resulta que era la primera clase de esta persona y entró a la shala con todas las ganas, ropa cómoda y su esterilla. La cual la coloca fenomenal y justo al lado y mirando hacia arriba también coloca su teléfono móvil. A mí se me clavaron los ojos en él. Y entonces me dijo: “No pasa nada, ¿verdad? Es que tengo que estar en conexión por si pasa algo en el trabajo.”

Realmente, pasar no pasa nada, pero la cosa es bien distinta. Porque tu cerebro ya sabe que ese cacharro puede cantar en cualquier momento la melodía de cógeme y estate alerta fuera de tu esterilla.

En realidad, la práctica de yoga y meditación nos ayuda a parar, a estar con nuestra propia esencia, a desconectar para descansar y así poder continuar con otra energía más elevada y calmada al mismo tiempo.

Esta anécdota que os acabo de contar a veces es muy habitual en todas las personas, seamos yoguis o no. A veces, la vida atropella; por ejemplo, en mi caso, el mes de octubre es como una moto en Vietnam a toda leche por la carretera.

Pero… la buena noticia es que tenemos herramientas para respirar y tomarlo con flexibilidad. Una de ellas es sentarnos. Y no me refiero al verbo sentarse en sí, sino a sentarnos un rato en silencio cada día y meditar.

Para las prisas: meditación.

Para el cotidianismo: meditación.

Para no fatigarse mentalmente: meditación.

Y así podría seguir unas cuantas páginas más.

Qué ocurre cuando coges una rutina de sentarte (meditación):

  1. Se aquieta tu mente.
  2. Favorece poner el foco en el presente, en tú ahora.
  3. Existe el disfrute. No es una meta, es un proceso placentero.
  4. Abre la despreocupación a lo que ha pasado.
  5. Se supera el querer saber qué pasará.
  6. Ayuda en el buen dormir.
  7. Reduce la sobreestimulación externa.
  8. Se aprende que después del 1 va el 2, y así sucesivamente.

Para…

Suelta…

Entrega…

Apaga…

Meditación para la vida cotidiana, si no, ¿para qué?

Hay una frase que dice:

“Si tienes poco tiempo medita quince minutos al día.
Si no tienes nada de tiempo, entonces medita media hora”.

No recuerdo quién la dijo, pero es brutal y totalmente cierta. Y me hizo mucha gracia cuando la leí y cada vez que la recuerdo y la cuento sonrío.

Que tengas un buen día, pares y cuides tu energía. Aplicar esta sugerencia en cualquier caso de duda.

Ir al contenido